Mamakay quiere decir Maternidad en Quechua. Otras palabras asociadas son: Mamaku Vieja (abuela), Mamakuna (Matronas), Mamapacha (Planeta tierra).
Espacio Mamakay es un centro de apoyo a la maternidad y la crianza consciente, que promueve una perspectiva preventiva psicosocial durante el embarazo y los primeros años de vida del bebé. Nuestra misión es recuperar la potencia de maternar y criar a nuestros hijos en una perspectiva ecológica, favoreciendo una sociedad más amorosa y respetuosa del ser vivo en formación. Los bebés y niños cuidados y respetados hoy por su ecosistema familiar y social serán los seres humanos del futuro.
Estamos en Santiago de Chile y en Mendoza, Argentina, contamos con un equipo de profesionales: psicólogas, doulas y facilitadoras de lactancia.
Para saber más de nosotras y nuestro trabajo visite la pagina web de Espacio Mamakay
Al hablar de crianza ecológica se debe tener en cuenta la relación de todas las variables que marcan los objetivos puntuales en cada fase del desarrollo. Variables que van confluyendo en cada momento histórico de una vida, desde el momento intrauterino, hasta el proceso de nacimiento; seguidos de la exterogestación (9 primeros meses post nacimiento) y desarrollo de la fase maternante; favoreciendo el desarrollo de las funciones maternas y paternas dentro de cada familia. Otros aspectos importantes son el modo de vincular, el respeto a la singularidad de cada niño y el facilitar el desarrollo de sus dones y capacidades, sin acelerar ni entorpecer su proceso natural de maduración. Estas variables pueden darse desde un plano micro (al interior de la familia y de cada integrante de la misma), hasta un plano macro (como el de las estructuras sociales en que vivimos). Somos seres socio-históricos siempre, aun cuando todavía nos gestemos dentro del útero de nuestras madres; somos seres biológicos aun cuando estamos enmarcados en espacios sociales o emocionales.
La tarea de criar un hijo es una tarea muy grande para una única persona, incluso para dos; y es la razón por la que se sobrecargan los sistemas familiares, pues las familias suelen ser núcleos pequeños y cerrados de crianza. Abrirse a grupos sociales un poco más amplios, recuperar espacios, aunque sean estos pequeños, que funcionen como tribus de crianza para crear condiciones de sostenibilidad y apoyo mutuo, es de suma importancia en el momento en el que se decide seguir un camino de respeto a la autorregulación del niño; a sus ritmos y movimientos naturales.
Se hace necesario formar tribus respetuosas y tolerantes de los procesos individuales de crianza, en donde exista cabida para las potencialidades y limites de cada una y cada uno; dejando fuera las culpas y las presiones por cumplir ideales; y caminando hacia la recuperación de un modo de crianza más abierto, colectivo y responsable.
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